miércoles, 4 de mayo de 2011

Etiquétate que no entiendo qué eres



El viernes pasado, estábamos cenando con unos amigos, y en un momento dado empezamos a hablar de trabajo. Cosa bastante habitual independientemente de la situación actual. Y cuando hay un emprendedor en la mesa, los trabajadores por cuenta ajena suelen interesarse por cómo te van las cosas. Supongo que por eso de que a muchos se le ha pasado por la cabeza la idea de lanzarse a la aventura e intentar montar su propio negocio.

Pues bien, ahí estaba yo diciendo que si la cosa está dura, que todo es muy lento, que si en Madrid es así, que si en Barcelona es asá…hasta que en un momento dado, la mujer de un buen amigo me hace la pregunta del millón: “Pero vosotros, ¿qué sois?” .  Parece una pregunta simple y directa, que debería tener una respuesta también simple y clara. Al fin y al cabo, la respuesta a esa pregunta (junto con el “A qué nos dedicamos”) es lo que define el posicionamiento de SantaMarta. Pero esa pregunta no es tan fácil cuando no hay un etiqueta que te defina.

Hoy en día todo está clasificado y todas las cosas, animales, personas, líneas de pensamiento, religiones, todo, tiene su etiqueta. Es la forma que tenemos los humanos para identificar, buscar, jerarquizar, clasificar. La etiquetas las forman una combinación de información y sobretodo impresión/opinión.

Volviendo a tema que nos ocupaba. Empecé a describir la agencia. Dije algo así como: “Somos una agencia de publicidad que cree en las conexiones emocionales entre marcas y anunciantes. Nuestra visión o mantra es ayudar a construir marcas que la gente quiera que existan, y lo hacemos a través de la publicidad, en el sentido amplio de la palabra”. Como creí que prestaba atención y parecía interesada (hay que aprovechar esos momentos en la vida amigos porque la mayoría de las veces las palabras se las lleva el viento) seguí hablando: “En SantaMarta creemos que la publicidad sirve para crear impresiones positivas de las marcas en los consumidores, impresiones que puedan provocar una reacción positiva también hacia la marca. Y para ellos lo que hacemos es buena publicidad. Publicidad que gusta ver, que no molesta, que es bonita, agradable, que divierte, interesante. Publicidad que conecta”. Me salió todo de rodillo, la verdad, y creía que había quedado claro. Pero fue entonces cuando llegó la pregunta definitiva: “¿Pero qué sois, una agencia online o tradicional?”.  Malditas etiquetas, pensé yo.

Toda esa conversación hizo que se activase en mi un asunto que lleva tiempo dando vueltas en la cabeza de Fernando y la mía: Cómo definirnos de una forma clara y sencilla sin caer en definiciones convencionales. Y cómo nuestro posible cliente le parece interesante la propuesta que hacemos.

Algún cliente con el que hemos trabajado dice que tenemos un gusto exquisito en la forma de producir y plasmar las ideas.

Otro dijo en una ocasión que poníamos una pasión y amor al trabajo que se transmitía en el resultado hecho para la marca.
En una presentación que tuvimos con un cliente de esos para el que siempre te gustaría trabajar, dijo que le encantaba la forma cómo pensábamos y que la dirección de arte era maravillosa.

Otro conocido, muy ducho en la planificación estratégica (algo poco valorado en este país) nos decía un día que hay pocas agencias (personas) que tuviesen la experiencia nacional e internacional, desde el ángulo de agencia y también de anunciante, y sobre todo experiencia en manejar marcas grandes y complejas.

Bonitas palabras dirá alguno. Y qué vago, diría otro. Hace falta ser más preciso.

Dicho todo esto, he estado pensando y creo que la solución podría pasar por intentar definirnos de una forma lo más simple posible sin entrar en los convencionalismos.

Hace un tiempo la ya desaparecida Casadevall & Pedreño, creó un anuncio con el siguiente titular “Vuelva a creer en la publicidad”. Me pareció genial.  A mi gustaría decir ahora algo así como “Siempre hemos creído en la publicidad. En la buena publicidad”.

Quizás soy algo iluso o simplón, pero realmente creo en eso. Y aunque hoy en día parezca que decir que somos una agencia de publicidad está en desuso, la verdad es que lo que mejor sabemos hacer es publicidad. Porque muchas compañías siguen necesitando que alguien explique a los consumidores lo buena, conveniente o satisfactoria es su marca con la misma pasión y cariño con que ellos la han creado o gestionado. Porque al fin y al cabo, de eso se trata. De creer. Cree el anunciante, cree la agencia y debería creer el consumidor.

Al mismo tiempo, soy el primero en decir que el mundo digital y en especial la reciente irrupción de las redes sociales, ha cambiado la forma de conectar con el consumidor, y por tanto de hacer los planes de marketing. Pero no exageremos, no lo ha cambiado todo. Se ha añadido una nueva(s) plataforma(s) para llegar a ese consumidor de una forma que antes no era posible, con unas nuevas reglas de juego. Perfecto.

Pero no matemos a la publicidad. Porque sigue siendo una gran herramienta de construcción emocional de una marca en el consciente/inconsciente de nuestro consumidor.


El caso de los casos

Artículo publicado en Anuncios el 2 de Mayo


El caso de los casos

Llega la primavera. Llegan los brotes verdes (los de verdad) y los días empiezan a ser más largos. Llegan las alergias, la ropa con olor a naftalina que ha invernado en armarios. Llegan los festivales. Y con ellos llegan los casos prácticos.

Estábamos hoy en Madrid comiendo con un amigo (menú diezeurista) que trabaja en una reconocida multinacional de la publicidad. Entre primero y segundo ha salido el asunto de los casos y la cantidad de tiempo que se dedica en algunas agencias a explicar de la forma más resultona posible lo que de por sí debería explicar la propia campaña. Horas y horas para justificar, perdón, exponer porque esta campaña que hemos hecho, partiendo de un briefing tan complicado, en una situación tan difícil, como ha conseguido unos resultados tan estupendos con unos costes tan contenidos. Y evidentemente, con un retorno de la inversión tan elevado.

Los casos prácticos. Una consecuencia más de la dinámica de este sector. Y no se trata de que esté en contra de los casos en sí mismos, si no más bien en la tendencia actual de convertir cualquier pieza de comunicación en un caso práctico, con todo el derroche de energía, tiempo y recursos que ello implica para la agencia.

Recuerdo que en una agencia en la que trabajé había una gran presión en convertir cualquier campaña que creíamos buena en un caso práctico para vender a los nuevos clientes. Se creía que si éramos capaces de explicar el problema, la solución y los resultados de una forma sencilla y contundente, el cliente percibiría mucho mejor las virtudes de la agencia, y le ayudaría a convencerse de que no sólo éramos creativos sino también éramos capaces de hacer creatividad eficaz. Porque creatividad eficaz es lo que todo el mundo quiere. Es como el amor con sexo. ¿Quién va a decir que no a eso? Hacer el amor y quedarte abrazado después.

Pues bien, lo que en la teoría sonaba muy bien, en la práctica era un verdadero infierno. Buscar y juntar toda la información de la campaña, pedir a los clientes más información, material producido, apariciones en prensa, opiniones  de los participantes, resultados demostrables de la campaña. Pero eso era lo fácil porque lo divertido empezaba cuando había que hacer el caso en sí. El guión del caso. Ponerse de acuerdo en el guión, previa participación del departamento de cuentas (sí, ya se que ahora ya no se llama así…), creativo, planning (si lo hay) y creativo. Luego hecho el guión, producir si fuese necesario y montar, y postproducir que siempre es necesario. Y cada lunes en la reunión de tráfico se preguntaba “¿Cómo va el caso X?”.  Y por fin, una vez que estaba acabado, se enviaba al cliente para que lo aprobase.

Pero todo eso, con algunas excepciones, tenía sentido, porque al final se trataba de una herramienta eficaz para conquistar clientes.

Pero un día alguien dijo. “Coño, el jurado X del festival Y no ha entendido nuestra campaña. Por eso no nos han dado el premio. Hay que hacer un caso para que entiendan la campaña”. Y así empezamos a perder el tiempo en hacer casos para intentar ganar premios en festivales de creatividad publicitaria. Horas y horas de talento dedicadas a justificar algo que se hizo y que en teoría funcionó. Con el objetivo de ganar premios. Premios que sirven para decirles a los clientes “mira qué creativos somos”, y ganar así más clientes y más casos.

Pero además ocurre otra cosa muy grave.  Y es cuando el caso supera a la idea. Me refiero a esas ocasiones en que un proyecto con una idea que estaba bien pasa por la maquinaria interna de la agencia y se convierte en una acción increíblemente buena. Si el caso-ficción supera a la idea-realidad.  Una de esas cosas que dices “¡Joder (perdón) esta acción ha sido la bomba y yo ni me había enterado!”. Y entonces gana un montón de premios y menciones. Y a ti se te empieza a quedar la cara de tonto y empiezas a pensar que si no hay gato encerrado.

Yo estoy un poquito cansado de los casos. Y lo estoy porque soy escéptico. Porque he visto que una campaña que se hizo para un público objetivo diminuto durante un día concreto, se vende como un gran ejercicio creativo de resultados increíbles. La campaña de la campaña, vamos. Y es que hoy en día un buen creativo con un montador hábil te convierte una campaña tostón en un ejercicio singular de persuasión de marca . No me los creo, la verdad. Además ¿cómo se audita esa información? Hombre si viene el publicista de la campaña de Obama y te cuenta cómo lo hicieron, seguro que me parecerá muy interesante y además estará hecho de una forma perfecta, combinando claridad, tempo y estética. Pero hacer un caso de un trucho, como he visto, me parece aberrante.

Yo creo en el propio trabajo. En el pensamiento estratégico que se ha hecho para llegar a una idea. En la forma en como se expresa esa idea. En como se ejecuta y se  amplifica. Y por supuesto en los resultados de la misma.

Creo que debemos volver a los orígenes de esta profesión. Volver a creer que lo que hacemos sirve para ayudar a construir marcas o potenciar negocios. Volver a creer en lo que hacemos, porque si nosotros no nos lo creemos ¿cómo lo van a hacer nuestros clientes?

Pablo Zea
www.santa-marta.com

jueves, 24 de marzo de 2011

Ámame o déjame


Artículo publicado en la revista Anuncios el 14 de Marzo del 2011

Cada vez más furgonetas blancas con un logo verde circulando por la ciudad. Cada vez veo más vecinos de escalera subiendo sus compras en bolsas transparentes. Y ya son pocos los que se sonrojan cuando afirman que hacen su compra diaria en cadenas de supermercados que priman sus propias marcas blancas.

Es más. Parece que este cambio es una de las etiquetas sociales que nos ponemos para mostrar que nuestra consciencia ha cambiado. Y que ahora somos más racionales en cuando a decisiones de compra se refiere. Algo absolutamente lógico dado la situación actual.

Pero la clave aquí es conseguir que precisamente mi marca no sea una de las sacrificadas por mi racionalidad. Lograr que aunque llueva crisis, sople incertidumbre y truene el empleo, mi marca sea la excepción a la regla. Y ese es uno de los retos que todas las agencias que vendemos valor añadido debe aceptar y superar.

¿Cómo resolver uno de los mayores problemas a los que se enfrenta hoy en día una marca de gran consumo, desde un punto de vista de la comunicación comercial?

Podemos comunicar que nuestra marca investiga más y mejor que las marcas blancas, pero el consumidor puede creernos o no, y además es difícilmente demostrable a corto plazo.

Podemos decir que no fabricamos para otras marcas, o dicho de otra manera, lo que nosotros te ofrecemos no te lo ofrece nadie más. Pero esa exclusividad ¿es realmente relevante para consumidor?

Podemos empezar una guerra ética sobre las condiciones con las que trabajan las empresas de marcas que producen marcas blancas en pos de tener precios tan bajos. Pero eso es una caja de Pandora que no creo que nadie quiera abrir.

Podemos bajar nuestros precios y tratar igualar la ventaja competitiva de nuestra competencia blanca, pero bajarán nuestros márgenes. Y difícilmente llegaremos a los niveles de las marcas blancas.

Podemos vivir en la promoción continua. Pero acabaremos dependiendo de ella para vender lo mismo. A mayor coste.

Pero hay una cosa que podemos intentar.

Podemos volver a conquistar a nuestro consumidor. Podemos hacerle escuchar, fijarse, sonreír, pensar, sentir…y a la fin, reaccionar.

Porque, a mi parecer, aquí esta la clave. La conexión emocional entre marcas y consumidores. Esa pequeña, mediana, grande pizca de amor que debe sentir el cliente cuando está frente al lineal y que provoca que el corazón haga callar a la razón por una vez cuando estamos decidiendo qué producto elegir.

Buenas campañas pueden ayudar a que yo elija esa cerveza porque me ha hecho sentir que ya ha llegado el verano.

O desear saber más e incluso probar ese coche porque me dejó impresionado una serie de cortometrajes que vi en Internet. 

O plantearme usar esas zapatillas porque una pancarta en un balcón me ha hecho que darme cuenta que corredor es el que corre.

O ir a un banco a informarme sobre un depósito en determinado banco porque tres páginas consecutivas del periódico que leo habitualmente me llamaron la atención, volví atrás, y me dejó pensando “Publicidad inteligente la firma gente inteligente”.

O empezar a utilizar un body spray porque envié un tweet preguntado algo al protagonista de la campaña y horas después me contestó él personalmente a través de un video en youtube.

Y mucho más.

La publicidad (en todas su forma y denominaciones) sigue teniendo sus limitaciones pero hay un aspecto en la que sí ha probado su eficacia: ayudar a construir marcas en el tiempo. Y si bien su efectos pueden ser diferidos en el tiempo (sólo se me ocurren su eficacia inmediata en el caso de comunicar lanzamientos o promociones), tiene esa capacidad de no sólo trabajar el consciente sino también el subconsciente. Poco a poco va dejando capas y ayuda a hacer aflorar sentimientos. Y eso se traduce en reacciones.


Ese es nuestro reto. Cortejar y enamorar al consumidor para empezar una bonita relación. ¿Cuánto durará? Hasta que dejes de amarme, cariño.

domingo, 27 de febrero de 2011

Que Dios bendiga a los niños


Hace unos días mi padre me envió un email con este texto. No lo leí al recibirlo y decidí dejarlo para un momento en el que tuviese algo más de tiempo. Ayer al leerlo me reí tanto que esta mañana tenía agujetas en la barriga (por lo que tengo ahora es barriga no abdominales). Es de lo más gracioso que leído en tiempo. Enjoy!

Pay special attention to the wording and spelling. If you know the bible
Even a little, you'll find this hilarious!
It comes from a catholic elementary school test.
Kids were asked questions about the old and new testaments. The following statements about the bible were written by children.
They have not been retouched or corrected. Incorrect spelling has been left in.

1. IN THE FIRST BOOK OF THE BIBLE, GUINESSIS.. GOD GOT TIRED OF CREATING
   THE WORLD SO HE TOOK THE SABBATH OFF.

2. ADAM AND EVE WERE CREATED FROM AN APPLE TREE . NOAH'S WIFE WAS JOAN
    OF ARK. NOAH BUILT AND ARK AND THE ANIMALS CAME ON IN PEARS.

3. LOTS WIFE WAS A PILLAR OF SALT DURING THE DAY, BUT A BALL OF FIRE
    DURING THE NIGHT.

4. THE JEWS WERE A PROUD PEOPLE AND THROUGHOUT HISTORY THEY HAD
     TROUBLE WITH UNSYMPATHETIC GENITALS.

5. SAMPSON WAS A STRONGMAN WHO LET HIMSELF BE LED ASTRAY BY A JEZEBEL
    LIKE DELILAH.

6. SAMSON SLAYED THE PHILISTINES WITH THE AXE OF THE APOSTLES.

7. MOSES LED THE JEWS TO THE RED SEA WHERE THEY MADE UNLEAVENED BREAD
    WHICH IS BREAD WITHOUT ANY INGREDIENTS.

8. THE EGYPTIANS WERE ALL DROWNED IN THE DESSERT. AFTERWARDS, MOSES
     WENT UP TO MOUNT  CYANIDE TO GET THE TEN COMMANDMENTS

9. THE FIRST COMMANDMENTS WAS WHEN EVE TOLD ADAM TO EAT THE APPLE.

10. THE SEVENTH COMMANDMENT IS THOU SHALT NOT ADMIT ADULTERY.

11. MOSES DIED BEFORE HE EVER REACHED CANADA THEN JOSHUA LED THE
    HEBREWS IN THE BATTLEOF GERITOL.

12. THE GREATEST MIRICLE IN THE BIBLE IS WHEN JOSHUA TOLD HIS SON TO
      STAND STILL AND HE OBEYED HIM.

13. DAVID WAS A HEBREW KING WHO WAS S KILLED AT PLAYING THE LIAR. HE
     FOUGHT THE FINKELSTEINS, A RACE OF PEOPLE WHO LIVED IN BIBLICAL TIMES.

14. SOLOMON, ONE OF DAVIDS SONS, HAD 300 WIVES AND 700 PORCUPINES....

15. WHEN MARY HEARD SHE WAS THE MOTHER OF JESUS, SHE SANG THE MAGNA
     CARTA.

16. WHEN THE THREE WISE GUYS FROM THE EAST SIDE ARRIVED THEY FOUND
     JESUS IN THE MANAGER.

17. JESUS WAS BORN BECAUSE MARY HAD AN IMMACULATE CONTRAPTION.

18. ST. JOHN THE BLACKSMITH DUMPED WATER ON HIS HEAD.

19. JESUS ENUNCIATED THE GOLDEN RULE, WHICH SAYS TO DO UNTO OTHERS
     BEFORE THEY DO ONE TO YOU. HE ALSO EXPLAINED A MAN DOTH NOT LIVE
     BY SWEAT ALONE.

20. IT WAS A MIRICLE WHEN JESUS ROSE FROM THE DEAD AND MANAGED TO
     GET THE TOMBSTONE OFF THE ENTRANCE...

21. THE PEOPLE WHO FOLLOWED THE LORD WERE CALLED THE 12 DECIBELS.

22. THE EPISTELS WERE THE WIVES OF THE APOSTLES.

23. ONE OF THE OPPOSSUMS WAS ST. MATTHEW WHO WAS ALSO A TAXIMAN.

24. ST.. PAUL CAVORTED TO CHRISTIANITY, HE PREACHED HOLY ACRIMONY
     WHICH IS ANOTHER NAME FOR MARRAIGE.

25. CHRISTIANS HAVE ONLY ONE SPOUSE. THIS IS CALLED MONOTONY

viernes, 25 de febrero de 2011

¡Viva la actitud que me parió!


Acabo de ver por segunda vez la conferencia que dio el señor Emili(o) Duró hace unos meses en Galicia. Se puede encontrar en Vimeo bajo el título de optimismo e ilusión. 

Cuando hace unas semanas un amigo se lo envió a mi mujer, ésta me invitó a verlo juntos. Al preguntarle de qué trataba me dijo algo como “es un tío que habla sobre la actitud que hay que tener en la vida, y que por lo visto es buenísimo…”. La verdad es que me quedé un poco escéptico. Por que a mi estas cosas me hacen desconfiar. Opino que hay muchos charlatanes y embaucadores que aprovechan la incultura o baja situación anímica de muchas personas para lanzarles mensajes universales sobre el amor, la confianza en uno mismo, la seguridad, etc.
 Y no digo que eso en sí sea malo – para eso existen tantos y tantos psicólogos – pero muchas de las veces que lo escucho o leo, siento que lo que hay detrás de las palabras que transmiten es poco, que se trata de una pseudo psicología para gente ávida de escuchar supuestas soluciones a sus problemas. Y la verdad la solución casi siempre pasa por primero identificar y aceptar el problema que tienes, y buscar una solución después. Quizás sueno simple pero para mi es así de sencillo. Otra cosa es que la solución sea compleja, pero eso es otra cosa.

Pero bueno, vuelvo al Sr. Duró. La conferencia en sí está dividida en dos videos de unos 55 minutos de duración cada uno! Uno se puede imaginar mi cara cuando empecé a ver el primer video abrazado a mi chica. Pensé “joder, 55 minutos de autoayuda. Y este es sólo el primer video…a ver como salgo de esta”. El hecho es que una hora después yo seguía viendo el segundo video y mi mujer estaba ya en otra cosa. Me enganchó de una manera extraordinaria. Y utilizo la palabra extraordinaria porque el ponente la utilizó de la siguiente manera: “¿Sabéis que es para mi una persona extraordinaria? Para mi una persona extraordinaria es alguien que cuando estás con él, te hace sentir bien”. Me encantó esa forma de describir a una persona extraordinaria. Y ciertamente E. Duró lo es. Y eso que sólo he tenido el gusto de conocerlo virtualmente durante dos horas.

No voy a hacer un resumen  de lo que dijo porque creo que ver y oírlo es un placer que no puedo desvelar. Es como si te hiciesen un resumen de “La conjura de los necios” por ejemplo. No, no se puede desvelar nada. Hay cosas que uno tiene que descubrir y que no te quiten el placer de hacerlo por primera vez. Ya sabéis, como ir a ver una buena película sin que sepas nada de ella. O un buen concierto. Porque esas cosas son buenas de verdad, porque te han gustado la primera vez a las que te has expuesto a ellas y no porque repetición, recomendación, u otras causas externas.

Pero sí diré que se te queda un buen cuerpo después de escucharlo. Es como una carga de actitud positiva, tan necesaria en los tiempos que corren. Y además el tipo es extremadamente gracioso (a mi me lo parece) y provocador. Y por si fuera poco, tiene tanta razón. Dice verdades como templos.

En fin, que esta vida nuestra son sentimientos y percepciones. Porque la vida será siempre igual pero lo que la hará mejor o peor es la actitud que adoptemos frente a ella.  

jueves, 24 de febrero de 2011

Sentir la vida


¿Tan complicadas son las cosas?
¿Las hacemos nosotros complicadas?
¿Y si no fuese que son complicadas, sino que las percibimos complicadas?

Muchas preguntas y nunca una misma respuesta. Eso, supongo, que es lo que hace que la vida sea lo que es, excitante, inesperada, injusta, vibrante, viva...de eso se trata, de sentirte vivo.

Un poco de pensamiento pseudotrascendental para hoy. Siempre me ha gustado esa idea de que hay que inventarse cada día. Se trata de descubrir, ver, sentir lo que la vida te muestra y, que debido a la costumbre, ya no aprecias. Recuerdo que cuando volví a Barcelona, después de dos años viviendo en Paris, me sorprendió la ciudad. Empecé a descubrir infinidad de detalles que nunca antes me había fijado. Los balcones y tejados de las casas en el ensanche, las cotorras volando de árbol en árbol, el sol filtrándose a través de los grandes plataneros de la diagonal, las palmeras que hay al salir a buscar un taxi en el aeropuerto, pequeñas cosas que antes eran invisibles para mi. 
Otra cosa que me gusta hacer de vez en cuando es mirar, sentarme en un banco, y simplemente mirar a la gente pasar, a los pájaros volar, la brisa en la cara, tener esa sensación de que estoy parado y que el mundo y la vida sigue avanzando. A mi me reconforta mucho, quizá porque ya desde pequeño tenia esta capacidad para abstraerme.  Es más, me gusta ensimismarme, dejarme llevar.

Esta vida se ha convertido en una carrera de supervivencia. Si no administras tus fuerzas y sobretodo no tienes una clara visión del asunto, puedes entrar en una espiral muy destructiva donde las referencias donde apoyase son frágiles, cambiantes y a veces, carentes de contenido.

Por ejemplo, la gente cada vez hace viajes más cortos. Ya nada de irse tres semanas lejos y volver desconectado. Ahora es mejor pasarse 5 dias,  una semana a lo sumo y volver. Y hacer otra cosas. No hay tiempo para tantos días, además prefiero hacer muchas cosas, más cosas diferentes. ¿Mayor cantidad=mejor? O sino, quien quiere “gastarse” 3,000€ en un viaje de tres semanas por Asia si puedo irme a Ibiza por mucho menos, volver y estar después en los Pirineos y luego encima tener dinero para más ropa, o cualquier otra cosa material. Parece que si te tomas todo ese tiempo es porque te sobra...o simplemente si has decidido sentarte en un banco a dejar que el sol te caliente la piel, es porque estás perdiendo el tiempo, o peor, estás aburrido. Demasiado simple creo yo. El aburrirse es humano y es voluntario. Se aburre el que quiere, y además va directamente asociado al nivel social, cultural y económico de la persona. Los que no tienen qué llevarse a la boca no suelen aburrirse porque tienen mucho que hacer si quieren llegar al fin de mes.
El no hacer nada es por sí mismo el haber decidido a hacer algo, que es no hacer nada. En si mismo es una acción voluntaria y por supuesto personal. Y yo a veces, no hago nada, simplemente me paro a sentir que estoy vivo.

Una cosa relacionada con esto es también el hecho de estar solo, y dramatizándolo un poco, el viajar sólo. Opino que el estar solo debería ser una asignatura obligatoria en el colegio, y al llegar a la universidad, el viajar solo. Y no hace falta convertirlo en una odisea larga y llena de aventuras. Un simple día puede ser suficiente para saber más de nosotros. Cada día tomamos muchas decisiones. La mayoría, son pequeñas que afectan poco al acontecimiento de las cosas pero normalmente tomamos las decisiones después de haberlas compartido con la gente que nos rodea. Hablamos, opinamos, damos y recibimos consejos, nos informamos, dudamos...junto a personas de nuestro entorno. Pocas veces lo hacemos completamente en solitario. Como si tuviésemos dudas de una decisión que hemos tomado a solas, o si quisiésemos asegurar varias veces que estamos tomando la decisión correcta. Lo importante siempre es que sea tu propia decisión, solo tuya. Eso evitará todo tipo de efectos secundarios.

Bueno, una vez más mezclo conceptos, ideas y pensamientos. Pero para eso he abierto este blog. Para hacer exactamente esto.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿A qué nos dedicamos en esto de la publicidad?


Este artículo lo publicaron en el Periódico de la Publicidad el 18 de Febrero de 2011

¿A qué nos dedicamos?

Estoy seguro que si hoy le preguntamos a cualquier director de marketing sobre lo que espera de su agencia de publicidad, en la mayoría de los casos, éste respondería que tengan un conocimiento profundo de su negocio y que sobretodo vengan con ideas proactivas que ayuden a desarrollar su marca y negocio.

Y la pregunta que viene a continuación es ¿Están las agencias trabajando en este sentido?

Yo tengo la sensación que las agencias están perdiendo un poco el rumbo en el negocio actual, o dicho de una forma que me gusta más, no están planteándose cual es el valor añadido que pueden aportar a sus clientes. ¿Notoriedad de su marca? Algo mejor. ¿Preferencia por su marca? O incluso ¿Activación de su marca? Quizás eso es parte del pasado. Creo que ahora lo que un cliente quiere oír es que a través de una acción de comunicación comercial se ha logrado una conexión del consumidor con su marca. Una experiencia o incluso construir una relación con la marca. Y crear relaciones entre marcas y consumidores es algo mucho más rico y atractivo que hacer anuncios.

Opino que este es un cambio de percepción del negocio, pero sobre todo de actitud. Y son agencias quienes debemos liderarlo. Porque no podemos seguir esperando a que sean los clientes los que nos pidan que cambiemos o que hagamos las cosas de una forma diferente. ¿Cómo van a respetarnos? Porque si lo que vendemos es creatividad (en el 90% de los casos), debemos ser también creativos a la hora de buscar ideas que solucionen los problemas que tienen hoy en día los clientes.

Lanzo aquí una pequeña lista de cosas que creo pueden ayudar a conseguir un mayor valor añadido en nuestro negocio.


El briefing de cliente está obsoleto
Yo por fin me he dado cuenta de que el briefing ya no es una herramienta válida. Al menos de la forma en cómo siempre lo había entendido. Desde siempre las agencias nos hemos escudado en que si no hay buen briefing no hay buena campaña. Y que la responsabilidad del mismo es del cliente. Pues bien,  no estoy de acuerdo con lo segundo. Y sobre lo primero, mejor definir quien y como debe hacer el briefing. Ahora el briefing es la reunión en la que te sientas con un cliente y éste te explica su problema, su proyecto, su sueño, su necesidad. Y lo que espera es que nosotros entendamos lo que quiere. Tras esa reunión, convierte el informe de reunión, tus notas y los documentos que seguramente te hará llegar en un briefing creativo interno. Pero si esperamos que un cliente nos haga un briefing claro y específico, lo que le propongamos será muy parecido a lo que él espera. Y eso no le resultará sorprendente.



Director de integración
Esta es la evolución del puesto del director de cuentas. Lo que un cliente necesita ahora es un “guía” que le ayude a navegar en la multitud de posibilidades que tiene para conectar con su consumidor. A los conocimientos en medios tradicionales y producción, los nuevos ejecutivos deben dominar los canales digitales, redes sociales, experimentales y alternativos. Y no sólo deben ser capaces de conectar clientes y agencia sino también terceras partes que puedan aportar soluciones creativas que ayuden a resolver problemas.


Caballo, sota y rey
La forma en cómo nos comunicamos y conectamos está cambiando pero nosotros seguimos siendo lo mismos. Personas. Así que no nos engañemos. Por ello, una buena estrategia de comunicación combinada con mucho talento a la hora de conceptualizar, crear, producir y planificar, dará como resultado campañas efectivas. Y eso es así en redes sociales como en exterior, en España como en Taiwan.


¿Producer o productor ejecutivo?
A la hora de producir, es más importante identificar, localizar y colaborar con quien es el que mejor me puede hacer cierto trabajo que tenerlo trabajando en la agencia. El nuevo producer debe tener esa agenda bien completa, el ojo clínico y unas artes negociadoras afiladas.


Quién decide y tu principal cliente
Cuando el que decide en tu agencia es el director financiero y tu principal cliente el departamento de producción quizás es el momento de asumir que ya no te dedicas a utilizar la creatividad como herramienta de conexión entre marcas y consumidores. Vamos, todo menos una agencia creativa.


Be on the line
Ni Above ni below. On the line. Hoy nuestro consumidor no distingue entre medios digitales y medios terrenales. Utiliza todos por igual y el paso de uno a otro es natural, fácil. ¿porqué entonces nos empeñamos nosotros es dividir todo en off, on, above y below? Reflejemos eso en las agencias. Pensemos en ideas que solucionan problemas y utilicemos después todos los medios y canales que hay a nuestro alcance. Y en el caso del mundo digital integrémoslo en nuestra forma de pensar y que no sea un departamento en el piso de arriba.


Cambia el chip
Son tiempos inciertos para todos. Es cierto. Pero eso no quiere decir que tu los jodas aún más. Así que cuando presentes una campaña o simplemente interactúes con clientes, muestra tu lado positivo. Porque eso hará que aunque lo que presentes no le funcione, tú no le caigas mal. Y te de otra oportunidad más adelante. No hay nada peor que trabajo malo presentado por un imbécil.


Nada es una casualidad
El trabajo bien hecho, profesional e impecable lleva a más trabajo. Y aunque haya pufos, corruptos y mangantes, la gran mayoría que decide en este negocio quiere hacer campañas que hagan reaccionar positivamente a sus consumidores. Así que la fórmula es bien sencilla, talento (lo más importante y difícil de encontrar), profesionalidad y perseverancia.


Si no te gusta déjalo
De verdad, si quieres ser artista, dedícate a ello. O jardinero, también. Pero si decides seguir en esto, hazlo con pasión. Tus compañeros y clientes lo agradecerán. No hace falta ver el video del discurso de Steve Jobs en la universidad de Stanford para darse cuenta de esto.


De todo en la viña del señor
Una vez conocí a una persona que decía “Cada cliente tiene la agencia que se merece”.  Trabajaba en una agencia claro porque eso nunca lo he oído viniendo de parte del anunciante. Yo más bien pienso que el buen trabajo en esta profesión siempre viene cuando anunciante y agencia se entienden, se respetan y confían mutuamente uno en el otro.  A partir de aquí, posiciónate como quieras o debas pero sobre todo no te engañes. Seguro que hay un cliente hecho para ti. Y tú para él.


Y para acabar, una pequeña reflexión. Yo me siento afortunado por el trabajo que tengo. Primero porque lo elegí voluntariamente y segundo porque me apasiona. Lo digo sinceramente, me encanta. Eso no quita que a veces sea duro, difícil, injusto o cruel. Aún así me gusta. Pero tengo muy claro que no es lo más importante del mundo, ni el mundo se para porque la agencia en la que trabajo haya ganado un premio o en el bar los amigos me feliciten porque una campaña nuestra tenga éxito. No, la vida sigue después de haber hecho mi trabajo. Y seguirá porque somos un pequeño eslabón del ciclo económico. Y honestamente, así debe seguir siendo. Por tanto relativicemos las cosas un poco. Al fin y al cabo, en esta profesión no triunfan los mejores sino los que se lo pasan bien haciendo su trabajo. 

Pablo Zea
Socio Fundador de SantaMarta

martes, 8 de febrero de 2011


Hoy reproduzco un fragmento de una obra que se llama Rubaiyat, que  escribió el astrónomo persa Omar Khayyam en el siglo XI.

«¿Temes lo que puede traerte
el mañana?
No te adhieras a nada,
no interrogues a los libros ni a tu prójimo.
Ten confianza; de otro modo,
el infortunio no dejará de justificar tus aprehensiones.

No te preocupes por el ayer:
ha pasado...
No te angusties por el mañana:
aún no llega...
Vive, pues, sin nostalgia ni esperanza:
tu única posesión es el instante.»

De eso se trata, de que sólo vivamos el presente. Preocupate del ahora, no pienses en más. Deja que sean tus instintos los que te lleven. Por lo visto Khayyam escribió Rubaiyat como un tributo al vino y a la vida que se acaba. Creo que además de hombre de ciencias, era un gran vividor y sibarita. Desde luego, ese es el equilibrio perfecto: conocimiento y placer. Espiritualidad y satisfacción material. No sé, supongo que todos los que están chiflados por el vino me interesan, o al menos me siento identificados con ellos. ¡Salud!

lunes, 7 de febrero de 2011

Mi mundo

En el mundo en que vivo hay gente que quiero, 
gente que admiro, gente que recuerdo y añoro, 
gente que espero y gente que olvido, 
gente que amo y otros a los que ignoro.
Mucha gente. 
Todos forman parta de mi vida, y parte de mi vida es también suya.

En el mundo en que vivo las cosas pasan rápido. 
Los objetivos son ambiciosos, las decisiones compartidas 
y los resultados relativos. El tiempo es cada vez más variable 
y las diferencias cada vez más pequeñas. 
Los pueblos cada vez más escasos y lo virgen cada vez más inaccesible.

En el mundo en que vivo la paciencia se diluye entre las olas de la ansiedad, 
y la esperanza cada vez más impaciente. 
Las ilusiones son cada vez más realistas y los sentimientos más razonables. 
Los deseos cada vez más materiales y el amor más vulnerable.  

En el mundo en que vivo, estoy hoy aquí y mañana allí. 
Hablo con el pasado y me llaman del futuro. 
Veo más allá de las montañas, bebo historia 
y navego por la evolución del código binario. 
Paso más tiempo sólo y más ratos acompañado. 
Hablo menos y escucho más.

En el mundo en el que vivo, hay otros mundos. 
Hay otras vidas que viven sin mí, 
otras historias que empiezan y otras menos que acaban. 
Hay fracasos que desconozco y victorias que anhelo, 
sensaciones que busco y pesares que trato de olvidar. 
Hay pasado. Y sobretodo, hay futuro