miércoles, 4 de mayo de 2011

Etiquétate que no entiendo qué eres



El viernes pasado, estábamos cenando con unos amigos, y en un momento dado empezamos a hablar de trabajo. Cosa bastante habitual independientemente de la situación actual. Y cuando hay un emprendedor en la mesa, los trabajadores por cuenta ajena suelen interesarse por cómo te van las cosas. Supongo que por eso de que a muchos se le ha pasado por la cabeza la idea de lanzarse a la aventura e intentar montar su propio negocio.

Pues bien, ahí estaba yo diciendo que si la cosa está dura, que todo es muy lento, que si en Madrid es así, que si en Barcelona es asá…hasta que en un momento dado, la mujer de un buen amigo me hace la pregunta del millón: “Pero vosotros, ¿qué sois?” .  Parece una pregunta simple y directa, que debería tener una respuesta también simple y clara. Al fin y al cabo, la respuesta a esa pregunta (junto con el “A qué nos dedicamos”) es lo que define el posicionamiento de SantaMarta. Pero esa pregunta no es tan fácil cuando no hay un etiqueta que te defina.

Hoy en día todo está clasificado y todas las cosas, animales, personas, líneas de pensamiento, religiones, todo, tiene su etiqueta. Es la forma que tenemos los humanos para identificar, buscar, jerarquizar, clasificar. La etiquetas las forman una combinación de información y sobretodo impresión/opinión.

Volviendo a tema que nos ocupaba. Empecé a describir la agencia. Dije algo así como: “Somos una agencia de publicidad que cree en las conexiones emocionales entre marcas y anunciantes. Nuestra visión o mantra es ayudar a construir marcas que la gente quiera que existan, y lo hacemos a través de la publicidad, en el sentido amplio de la palabra”. Como creí que prestaba atención y parecía interesada (hay que aprovechar esos momentos en la vida amigos porque la mayoría de las veces las palabras se las lleva el viento) seguí hablando: “En SantaMarta creemos que la publicidad sirve para crear impresiones positivas de las marcas en los consumidores, impresiones que puedan provocar una reacción positiva también hacia la marca. Y para ellos lo que hacemos es buena publicidad. Publicidad que gusta ver, que no molesta, que es bonita, agradable, que divierte, interesante. Publicidad que conecta”. Me salió todo de rodillo, la verdad, y creía que había quedado claro. Pero fue entonces cuando llegó la pregunta definitiva: “¿Pero qué sois, una agencia online o tradicional?”.  Malditas etiquetas, pensé yo.

Toda esa conversación hizo que se activase en mi un asunto que lleva tiempo dando vueltas en la cabeza de Fernando y la mía: Cómo definirnos de una forma clara y sencilla sin caer en definiciones convencionales. Y cómo nuestro posible cliente le parece interesante la propuesta que hacemos.

Algún cliente con el que hemos trabajado dice que tenemos un gusto exquisito en la forma de producir y plasmar las ideas.

Otro dijo en una ocasión que poníamos una pasión y amor al trabajo que se transmitía en el resultado hecho para la marca.
En una presentación que tuvimos con un cliente de esos para el que siempre te gustaría trabajar, dijo que le encantaba la forma cómo pensábamos y que la dirección de arte era maravillosa.

Otro conocido, muy ducho en la planificación estratégica (algo poco valorado en este país) nos decía un día que hay pocas agencias (personas) que tuviesen la experiencia nacional e internacional, desde el ángulo de agencia y también de anunciante, y sobre todo experiencia en manejar marcas grandes y complejas.

Bonitas palabras dirá alguno. Y qué vago, diría otro. Hace falta ser más preciso.

Dicho todo esto, he estado pensando y creo que la solución podría pasar por intentar definirnos de una forma lo más simple posible sin entrar en los convencionalismos.

Hace un tiempo la ya desaparecida Casadevall & Pedreño, creó un anuncio con el siguiente titular “Vuelva a creer en la publicidad”. Me pareció genial.  A mi gustaría decir ahora algo así como “Siempre hemos creído en la publicidad. En la buena publicidad”.

Quizás soy algo iluso o simplón, pero realmente creo en eso. Y aunque hoy en día parezca que decir que somos una agencia de publicidad está en desuso, la verdad es que lo que mejor sabemos hacer es publicidad. Porque muchas compañías siguen necesitando que alguien explique a los consumidores lo buena, conveniente o satisfactoria es su marca con la misma pasión y cariño con que ellos la han creado o gestionado. Porque al fin y al cabo, de eso se trata. De creer. Cree el anunciante, cree la agencia y debería creer el consumidor.

Al mismo tiempo, soy el primero en decir que el mundo digital y en especial la reciente irrupción de las redes sociales, ha cambiado la forma de conectar con el consumidor, y por tanto de hacer los planes de marketing. Pero no exageremos, no lo ha cambiado todo. Se ha añadido una nueva(s) plataforma(s) para llegar a ese consumidor de una forma que antes no era posible, con unas nuevas reglas de juego. Perfecto.

Pero no matemos a la publicidad. Porque sigue siendo una gran herramienta de construcción emocional de una marca en el consciente/inconsciente de nuestro consumidor.


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