Dale Carnegie escribió el libro “Como ganar amigos e influir
sobre las personas” en 1936 (nosotros estábamos empezando nuestra particular
guerra). Desde entonces es una referencia en el desarrollo personal. Después de
varios años dando cursos para hablar en público, se dió cuenta de la
importancia de las relaciones humanas y como podíamos mejorarlas y hacerlas más
productivas.
Y lo convirtió en un libro en el que nos regala 30 consejos o
principios que son sencillos, claros y sobre todo obvios. Pero ya sabemos que
no podemos subestimar el poder de lo obvio.
Antes nos da 9 sugerencias para optimizar la lectura de un libro
(leer mejor).
1.
Ten un deseo profundo de aprender
2.
Lee primero por encima y luego vuelve a leer con
más atención
3.
Para frecuentemente para pensar sobre lo que has
leído, y piensa como y donde puedes aplicarlo.
4.
Subraya y marca lo importante o útiles
5.
Dedica unas horas al mes para revisar el libro.
6.
Practica las cosas subrayadas
7.
Ofrece dinero a alguien que te señale cuando has
violado estas reglas.
8.
Revisa tu progreso semanalmente.
9.
Escribe tus victorias en las páginas finales del
libre.
Primera parte: técnicas fundamentales para tratar con el prójimo
1.
Criticar no sirve para nada. Pone a los demás en
defensa y hace que tengan que justificarse.
2.
Muestra aprecio honesto y sincero. Todos
queremos ser apreciados. Y sinceros. Escucha el “libro” de los demás.
3.
Despierta en la otra persona un deseo. Cada uno
tiene sus propios deseos así que, si hablas de las cosas que le interesan,
tendrás su atención.
Segunda parte: maneras de agradar a los demás
1.
Muestra un interés genuino en los demás. Y no
tanto en tu propio interés.
2.
Sonríe, es la forma más sencilla de causar una
primera buena impresión. Además, te pone de buen humor.
3.
Recuerda los nombres de las personas que
conoces. A todos nos gusta oir nuestro nombre.
4.
Ser un buen oyente y anima a los demás a que
hablen de ellos.
5.
Habla de lo que le interesa a la otra persona. ¿Como?
Averígualo antes.
6.
Como hacerse agradable instantáneamente. Hay que
esforzarse para que la otra persona se sienta importante y hacerlo sin esperar
nada a cambio.
Tercera parte: cómo convencer a los demás
1.
No es posible ganar una discusión. La única forma
de ganarla es evitarla.
2.
No sirve de nada decir que el otro está
equivocado. En cambio, si mostramos comprensión hacia la otra opinión, esta
respetará también tu opinión. Empatía.
3.
Si eres tú el que se equivoca, admítelo.
4.
Aborda un desacuerdo desde una forma amistosa:
un gota de miel atrapa más moscas que un galón de hiel.
5.
Comienza con preguntas que el otro responda “sí”.
Comienza en las áreas en las que el otro está de acuerdo, en las que te diga
que “sí”.
6.
La válvula de seguridad para atender quejas: déjalos
que hablen, y que expresen sus quejas con la mente abierta y que se expresen.
Porque quien pregunta, tiene el control de la conversación.
7.
Haz que la otra persona piense que la idea es
suya.
8.
Intenta de manera honesta ver el punto de vista
de la otra persona. Investiga esa razón, porque lo hace, y así podrás entender
y empezar a gestionar el cambio.
9.
Lo que todos quieren oir: “no te culpes ni un ápice
por sentirte como tú: yo haría lo mismo”. Sentir que nos entienden.
10. Apela
a los motivos más nobles de cada uno. Que sean honestos, que sean íntegros…y
los tendrán en cuenta a la hora de ponerlos en práctica.
11. Dramatiza
tus mensajes, como se hace en el cine, o la televisión. Poner espectáculo y
pasión en vender tus ideas.
12. Lanza
un desafío: es una forma infalible de atraer a las personas de espíritu. ¡Lanza
un reto!
Cuarta parte: como cambiar a los demás sin ofenderlos ni
despertar resentimientos
1.
Si tienes que criticar, empieza antes con
elogios.
2.
Llama la atención sobre los errores de los demás
de manera indirecta. Lo de cambiar el “pero” por el “y”. Porque para nuestro
cerebro hay palabras que actúan como un catalizador que hace que se ponga en
alerta. Pero, nada, nunca, …
3.
Hablar primero de tus propios errores. Admitir
que no somos perfectos.
4.
A nadie le agrada recibir órdenes. Mejor empezar
con preguntas: “Qué crees que podrías hacer mejor la próxima vez” por ejemplo.
5.
Permite que la otra persona salve su prestigio.
No humilles, dale una salida digna.
6.
Elogia la más mínima mejoría de las personas. “Sea
cordial en su aprobación, y generoso en su alabanza”.
7.
Dale a la otra persona una buena reputación,
para que esté a la altura. Se trata de comunicar, de hacer ver el potencial
para que ellos lo vean en sí mismos.
8.
Haz que los errores parezcan fáciles de
corregir.
9.
Procura que las otras personas se sientan
satisfechas de hacer lo que tu quieres. La clave es que se sienta feliz para
hacer lo que quiera. ¿Y cómo se hace eso?
a.
Se sincero. No prometas nada que no puedas cumplir.
b.
Saber exactamente lo que queremos que haga la
otra persona.
c.
Seamos empáticos.
d.
Considera los beneficios que va a obtener esa
persona si accede a lo que quieres.
e.
Hacer coincidir tus beneficios con los deseos de
la otra persona.
f.
Transmitir todo esto de tal manera que la otra persona
comprenderá como se beneficiará.