En un cafetín del puerto,
vive Charo la tanguista
rodeada de marineros
que no la pierden de vista.
Los hay de todos paises,
mezclados en el ambiente
donde las tardes son grises
y con olor a aguardiente.
Ay!, ay que pena,
¡qué pena la de esta Charo!
Ver a una chica tan buena
en medio del populacho
ver a una chica tan guapa
en manos de estos borrachos.
Salimos de Mozambique
con rumbo hacia el extranjero.
Cargados de caña de azucar
que vale mucho dinero.
Llegamos a Buenos Aires,
que es puerto muy importante
y allí vendimos la caña,
a tres o cuatro ignorantes.
Ay!, ay que pena,
¡qué pena la de esta Charo!
Ver a una chica tan buena
en medio del populacho
ver a una chica tan guapa
en manos de estos borrachos.
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