martes, 25 de junio de 2013

Itaka

Ayer mi padre, que dentro de un mes cumplirá 90 años, me envío este bonito poema. Para é siempre ha sido una fuente de inspiración. Y tiene toda la razón del mundo. Te quiero padre.

 
                                      ITAKA

  Cuando emprendas tu viaje a Itaka,
  pide que el camino sea largo,
  lleno de aventuras y de experiencias.
  No temas a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
  Ni al colérico Poseidon.
  Porque si tu pensamiento es elevado,
  tales seres, jamás hallarás en tu camino.
  Si la emoción en tu cuerpo y en tu espíritu, es elevada,
  no habrá Lestrigones, ni Ciclopes, ni tampoco Poseidon,
  si antes en tu corazón, no estuviera colocado.

  Encontrarás tu camino. Pide que sea largo.
  Que sean muchas las mañanas de verano,
  En que llegarás, ¡con placer y alegría!,
  a hermosos puertos nunca vistos.
  Visita mercados fenicios. Compra finas mercancías,
  madreperla, coral, ámbar y ébano,
  sensuales perfumes de todos tipos.
  ¡Tantos perfumes sensuales como puedas!
  Detente en las ciudades egipcias,
  y aprende cuanto puedas de los sabios.

   Mantén a Itaka en tu memoria,
  ¡porque volver allí es tu destino!.
  No apresures el viaje, mejor que dure muchos años,
  Y que al final vuelvas a la isla enriquecido,
  con todo lo que hayas guardado y aprendido,
  No esperes que Itaka te haga rico.
  Itaka te ha enseñado este hermoso viaje.
  Sin él no habrías encontrado tu camino.
  Itaka no tiene nada más que darte.
  
  Si ahora al volver,  encuentras la Isla pobre,
  Recuerda que Itaka no te ha engañado.
  Sabio y lleno de experiencia, como has vuelto ahora,
  Entenderás lo que Itaka, lo que estas Itakas,
  significan.  
      
                                              Konstantinos Kavafis
                                        (1863 ­ 1933)

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